En
los últimos meses hemos asistido a una permanente sucesión de hechos jurídicos
muy escandalosos en el país, que reafirman la profunda trascendencia de la
crisis de valores en la que nuestro colectivo avanza sin parar.
A
las continuas denuncias sobre corrupción y actos violentos de todos los
calibres, ahora debemos añadir el amañe desvergonzado en el que ha entrado la
justicia del país, permitiendo, realizando u omitiendo hechos tan cínicos, que
no pasan desapercibidos hasta para el mas distraído o ignorante colombiano.
La
solicitud de condena hasta por 6 años para un individuo que hurto 6 cajas de
caldo instantáneo de gallina en un conocido supermercado de cubrimiento
nacional, y que no exceden el valor de 30 mil pesos, mas o menos 14 dólares, en
comparación a la condena para los miembros del clan Nule que se apropiaron de
mas de 200 mil millones de pesos y cuya sentencia no excede los 14 años,
permiten visualizar a nuestra aparato de justicia como uno de los mas desequilibrados
e injustos del planeta.
El
famoso caso Colmenares es la degradante
manifestación de la arrogancia, La deshonestidad, la avaricia y la injusticia,
signos inequívocos de los antivalores.
Cada
semana nos sorprende esta historia con nuevas acciones mas desvergonzadas,
cuando ya se espera que las especulaciones, el matoneo legal y el perjurio se
detengan y se esclarezcan los acontecimientos acaecidos en ese execrable caso,
surge una nueva manifestación de disuasión en la búsqueda de la verdad.
¿Habrá
manera de conocer con certeza los sucesos que rodearon la muerte del joven
estudiante de la universidad de los Andes? O los intereses polutos finalmente
se impondrán.
Pero a ello añadamos el desconcertante caso de Sigifredo López, a quien las pruebas técnicas han favorecido, pero aun así nuestra recta justicia procura y favorece los testimonios de individuos condenados por rebelión y subversión, como pruebas mas contundentes que los argumentos técnicos encontrados en la investigación de este proceso.
¿En
donde queda el universal concepto de “Indubio pro reo” o ante la duda a favor
del reo, o aun mas cual es la inferencia razonable para esta formulación de imputación
de cargos? De este modo principios como el de la favorabilidad al investigado
son sutilmente modificados y aparece una nueva forma de derecho a la colombiana
versión del 2012, en donde los conceptos y relatos defectuosos de hombres que
buscan obtener prebendas y mejoras en reclusión, ante sus condenas son de alto
valor probatorio; sin duda decisiones que levantan todo tipo de suspicacias
hasta en el mas tonto observador y que visualizan a una fiscalía dedicada a
acosar no a investigar con ecuanimidad, prostituyendo la majestad de la
justicia.
Todo
este episodio constituye el ejemplo explicito del perjurio, la ignorancia, el odio,
la envidia y nuevamente la injusticia, todos claros antivalores y eso que
estamos en el país de las leyes y los abogados.
Y
para escandalizarnos en mayor medida nuestro congreso en su gran mayoría aprueba
una espuria reforma a la justicia, plagada de desafueros, inmoralidades y
prebendas, que han provocado la indignación y el total rechazo de algunos
miembros probos del congreso y de la gran mayoría de la opinión ciudadana, que
horrorizada asiste al desmantelamiento de la constitución de 1991 y a la realización
de un nuevo ordenamiento jurídico para favorecer a una pequeña camarilla política
y a una elite económica voraz, que amenaza con sus temerarias acciones y miope
proceder a desestabilizar al país.
Hace no mas algunos días escribía por este medio de la perdida de los valores tradicionales en nuestra sociedad colombiana, pero hoy me encuentro consternado al constatar que no tiene limite nuestra involución moral y ética.
No
tenemos un aparato de justicia y legalidad, sino mas bien uno de parcialidad,
abusos y atropellos en contra de la gran mayoría de ciudadanos del país.
Hasta
cuando tendremos que seguir soportando tanto exceso de inmoralidad.
No
se dan por enterados nuestras élites y políticos con alta investidura, que con
sus desproporciones nos acercan cada día mas a un peligroso despeñadero social
o su ceguera y soberbia es monumental.
Por
el bien de la republica y de sus residentes confió en que todavía con el apoyo
de los pocos políticos íntegros y de el
colectivo en general, se pueda retornar a la senda de la decencia y la probidad
en todo lo legislado por el congreso y en lo valorado y dictaminado por la justicia
del país.
Colombia ha vivido una historia de 500 años sin valores, donde TODO VALE, se impone la ley del más fuerte, el vivo vive del bobo y éste es finalmente asesinado o desaparecido, los congresistas tienen no solo sus curules a su antojo, también los grupos al márgen de la ley, unos gobiernos corruptos e inoperantes, y un sistema judicial deprimente y perdedor....
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