Los colombianos distamos mucho, de en algún momento haber
percibido o disfrutado de protecciones sociales semejantes al estado de
bienestar europeo, pero aun así a lo largo de la historia hemos logrado
registrar después de la masacre de las bananeras, algunas ínfimas conquistas y
normas de beneficio social como el régimen prestacional de Colombia establecido
por la ley sexta de febrero 1 de 1945, durante el segundo gobierno de López
Pumarejo, desmontadas gradualmente a partir de la presidencia de Cesar Gaviria
entre 1992 a 1993 y sus posteriores reformas acontecidas con mayor severidad en
el segundo cuatrienio de Uribe.
También podemos registrar otros beneficios como el acceso a la salud para todos a través del régimen subsidiado de salud, que aunque siendo un servicio deficiente cumple con solucionar los problemas básicos de salud; en la actualidad podemos incluir el famoso régimen de gratuidad escolar, que extenderá forzosamente la cobertura, aunque ello signifique el empobrecimiento de la educación primaria y secundaria con la consecuencia de alejar a mas colombianos de la educación universitaria, por la precaria preparación académica.
También podemos registrar otros beneficios como el acceso a la salud para todos a través del régimen subsidiado de salud, que aunque siendo un servicio deficiente cumple con solucionar los problemas básicos de salud; en la actualidad podemos incluir el famoso régimen de gratuidad escolar, que extenderá forzosamente la cobertura, aunque ello signifique el empobrecimiento de la educación primaria y secundaria con la consecuencia de alejar a mas colombianos de la educación universitaria, por la precaria preparación académica.
En este recuento de reformas y aplicaciones no podemos dejar
de mencionar de manera sarcástica los cambios de metodologías para calcular el
desempleo desde la época del primer gobierno de Uribe o las nuevas fórmulas
para calcular los índices de indigencia y de pobreza hace un año por el actual gobierno; metodologías
que maquillan de manera descarada muchos de los reales problemas como el acceso
a un empleo digno con protección social o el derecho a subsidios de vivienda y
salud necesarios para inmensas mayorías de ciudadanos de la Colombia de hoy.
Ahora si para el pueblo colombiano es difícil la situación,
para los ciudadanos de varios países europeos la crisis actual, los esta sometiendo
a inesperadas situaciones de perdidas parciales o totales de beneficios
sociales, leía recientemente por ejemplo en España, como se habla de copagos
para cubrir hasta la menor asistencia medica y la disminución de casi todos los
subsidios de vivienda, educación y transporte al que Las familias tenían derecho,
sobre todo las numerosas.
Pero aun así España no llega a los intolerantes limites a los
que los ciudadanos Helenos se ven obligados a aceptar, en este país los
jubilados han visto reducir sus mesadas hasta en un 25% en los últimos 5 años,
o las tasas de desempleo rondan el 20% en una nación con a penas 11 millones de
habitantes aproximadamente, y donde todos los subsidios han sido tajantemente
eliminados, obligando a las personas hasta de clase media a rebuscar comida en
la basura de los supermercados y de los griegos de clase alta.
Este penoso camino lo han comenzado a transitar los habitantes
del otrora glorioso país del norte, los Estados unidos, gracias a que su clase
dirigente se encuentra sumida en unas estúpidas pugnas políticas bipartidistas,
lo que ha determinado una perdida del norte para la clase alta, empujando al
ciudadano de clase media y baja a penurias y estrecheces económicas como aconteció
en la década de los 30 del siglo veinte; es desconcertante leer que modelos de prestación
de servicios médicos como la reforma sanitaria de Obama sean cuestionados no
por su eficiencia y eficacia, sino por los obstinados conceptos de la extrema intervención
del poder federal en la vida de los ciudadanos, conceptos de corte neoliberal
muy de moda en esa sociedad insensible y deshumanizada; a esto podemos agregar
las deficientes normas para castigar con eficacia a los defraudadores de la
elite bancaria o a los especuladores financieros a pesar de una reforma
aprobada hace 2 años; finalmente para
terminar de explicar sobre el abuso contra las mayorías de ese país, comentemos
la inmensa necedad del establecimiento de ese país en continuar despilfarrando
billones de dólares en conflictos inmorales, en los que los únicos que obtienen
utilidades son los productores de armamentos y en algunos casos la poderosa
industria petrolera, trayendo como consecuencia un aumento desmesurado del déficit
federal, que se traduce para el pueblo raso en la disminución de todos los
beneficios en educación, mantenimiento de las infraestructuras publicas y la disminución
de escalas salariales y beneficios sindicales.
En esta historia podríamos incluir al glorioso imperio
Británico, en donde se debate por esta época todo tipo de reducciones sociales,
mientras políticos y banqueros ven aumentar sus ingresos y ganancias, o en Israel
en donde la clase media comenzó a protestar por los abusos con el costo de la
vivienda o en Portugal e Irlanda en donde la crisis reivindica el aumento del
desempleo y la disminución de subsidios de todo tipo.
Es un panorama no muy optimista el que enfrentan la clase
media y baja en muchos estados, generados todos estos eventos por la excesiva
codicia de banqueros y lideres políticos que redujeron o destruyeron normas y
leyes que protegían al ciudadano de a pie, en contra de los excesos de los
dueños de los medios de financiación y producción.
Un largo camino nos espera para
reconstruir a lo que por derecho propio, debemos acceder todos, vivir en una
sociedad en donde impere el estado de bienestar.
¿Cuando será que los colombianos aprendemos a saber utilizar estas conquistas sociales justas, solo para lo que fueron desarrolladas, y no, para nuestra riqueza y vagancia?....
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