Elecciones Valle del Cauca |
Indudablemente
el fenómeno de la abstención electoral es notable en un menor grado, en la
medida que la ciudadanía tiene mayor cultura general y educación electoral; así
por ejemplo podemos observar como en las pasadas elecciones en Francia en mayo, esta
cifra ascendió al 20% aproximadamente; en España el año pasado cuando se
escogió a Mariano Rajoy a través de su parlamento, el guarismo de abstención fue
del 31%; trasladándonos a Colombia, este comportamiento tradicionalmente
sobrepasa el 50%, lo que nos permite percibir nuestro notable desinterés y la
falta de entendimiento y conocimiento en los procesos de convocatoria
electoral.
Lo
mas peculiar que se manifiesta en el
caso colombiano, es nuestro notable ejercicio de quejarnos profusamente, mas no
el actuar en el momento clave de las citas electorales y de este modo expresar
nuestro disgusto hacia los deficientes manejos a que nos someten de manera
inclemente, concejales, diputados, alcaldes, gobernadores y congresistas.
Ayer
en el departamento del Valle del cauca, teníamos una cita extraordinaria para
elegir el remplazo del gobernador destituido, sin embargo y a pesar de la
escasa imagen y preparación que los candidatos en contienda exhibían, el
electorado decidió de manera masiva abstenerse de participar, entregando los
destinos regionales a un ex senador de gris participación legislativa.
Existiendo
la opción del voto en blanco, una vez mas se impusieron las disculpas
infantiles de los electores, y de este modo el desgano y la apatía han
permitido que el departamento continúe gobernado por los mercaderes de los
contratos públicos y del clientelismo.
Claro
que pícaramente la autoridad electoral escogió para citarnos a las urnas, un
domingo en medio de un puente festivo con final de Eurocopa y en la
época de las vacaciones estudiantiles generales de la región, lo que no deja de
analizarse con suspicacia, pues la elección se afianzó en la asistencia a las
urnas de la clientela interesada en los empleos y contratos estatales además de
una pequeña franja de ciudadanos que emiten el llamado voto de opinión que mayoritariamente
fue en blanco; estos sufragios en blanco estuvieron en su mayoría realizados por
ciudadanos de la capital regional, que aporto el 60% de la votación en blanco.
Lo
que confirma nuestra pobre educación, además de un altísima ignorancia en los
temas de la participación ciudadana y los derechos en la democracia.
El
camino es inquietante, gracias a que el colombiano promedio vive convencido que
con no votar castiga al político corrupto, pero lamentablemente esta práctica
solo los consolida en el poder y los autoriza a continuar con sus hábitos
desdeñosos, pues reconocen que la ciudadanía no los va a sancionar con una
participación en las urnas que desapruebe sus vicios, como lo es usando el voto
en blanco.
Habrá
que intentar ganarse el interés de mas Colombianos en los temas de participación,
porque de lo contrario continuaremos eternamente con los mismos problemas de
deshonestidad en la administración pública, lo que sin duda crea mas
desigualdad, atraso y debilitamiento en el estado de bienestar del colectivo en
general.
Señores
lectores, esta es la intensa y difícil tarea que enfrentamos de cara a las próximas
elecciones, convencer a mas ciudadanos a participar.
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