Reino de Bhutan |
Fotografía sitio web Tourims.gov.bt
El pasado 8 de noviembre tuve el privilegio de asistir en el
aula máxima de la universidad Santiago de Cali, a la conferencia dictada por el
premio nobel alternativo en economía, profesor Manfred Max Neef; en esta amplia
disertación, el catedrático esbozó como en los últimos treinta y cinco años
hemos asistido al fracaso del modelo económico arrojando al globo a su mayor
crisis, y para ello se respaldó en una serie de escandalosos ejemplos que el
personalmente ha conocido en sus innumerables viajes por todo el mundo, y que
han diseminado toda suerte de desventuras y pobreza a la población en general.
Desde la disminución real de los salarios con la consiguiente
perdida del poder de compra de las clases asalariadas, los desahucios
hipotecarios generados por las altas tasas de desempleo y la pauperización mayoritariamente de la clase media,
entendiéndose que es aquella clase que debe tener resueltas dos de estas tres necesidades básicas, educación
superior, vivienda propia o vehículo.
Después de su recorrido virtual por el globo, advirtiendo
sobre toda este desastre, además del inclemente maltrato al medio ambiente, el
conferencista paso a relatar una extraordinaria historia originada en el reino
de Bhutan en la década de los 70s, cuando el joven rey de esa nación preocupado
por el estado de bienestar de sus súbditos
y el crecimiento económico, bautizo una nueva herramienta de análisis
que mezclaba ambas ideas, a este indicador se le denominó el producto de la felicidad nacional bruta FNB, causando la
hilaridad del mundo académico y los políticos por aquella época.
Tras casi 40 años de este anuncio, en el 2011, sesenta y ocho naciones de la ONU
adhirieron a este proyecto, que comienza a convertirse en una realidad, debido
a que en el 2013 se inicia toda una estructuración del mismo en una tarea
encargada a sesenta personalidades del mundo económico entre las que se
encuentra el profesor Max Neef; el marcador esta compuesto por 9 parámetros
para calcular su medición como son: bienestar psicológico, educación, salud, uso
del tiempo, diversidad cultural, buena
gobernanza, utilidad comunitaria, diversidad ecológica y estándares de vida.
Para ser considerado feliz a una persona debe tener suficiencia en 6 de las 9 categorías.
Este nuevo plan tiene ya un nutrido grupo de expertos defensores económicos como el profesor Max
Neef a quien se han unido autoridades mundialmente reconocidas como el catedrático
norteamericano y director del proyecto desarrollos del milenio de la ONU señor
Jeffrey D Sachs, profesor de la universidad de Columbia y director del
instituto Earth en esa misma universidad, este reconocido científico defiende el
proyecto, al analizar como en Estados
Unidos, el crecimiento del producto interno bruto en los últimos cuarenta años ha aumentado de manera muy dinámica, mas no
así la felicidad, y mas vale este vertiginoso crecimiento del PIB ha ayudado a
crear inmensas desigualdades en materia de riqueza y poder.
Otra de las importantes novedades del nuevo indicador es que
da importancia a la diversidad ecológica y los estándares de vida, lo que
potencializa la búsqueda del desarrollo sostenible que vincula la productividad
con una esmerada atención y protección al medio ambiente.
Es notable por lo tanto que a pesar de la atroz imposición e implementación
del inhumano neo liberalismo de Friedaman desde los setentas, también por esta
época haya aparecido esta respuesta alternativa y solidaria con el desarrollo
sostenible y el bienestar de la población , que ahora al fin encuentra eco en
las Naciones Unidas con el apoyo de sesenta y ocho naciones, lo que representa
un cambio de orientación en el modelo de desarrollo económico y abre una luz de
esperanza para las grandes mayorías, restituyéndole a la economía su carácter de ciencia social al servicio del
hombre, premisa inicial con la que se planteo esta disciplina y cuya definición
establece que es la ciencia que estudia los métodos mas eficaces para satisfacer
las necesidades humanas materiales mediante el empleo de bienes escasos;
concepto que se ha extraviado, gracias a la codicia que la convirtió en una especialidad
que minimiza costos y recursos, optimizando ganancias y esclavizando al hombre.
Algunos economistas seguidores de esta nueva opción, ven en
estos cambios iniciales un gran avance hacia nuevas posibilidades para el
equilibrio en el desarrollo y la disminución de la inequidad y la injusticia
para casi toda la sociedad, pero no debemos olvidar que los grandes grupos
corporativos con sus accionistas y directores, además de la banca supranacional,
no aprobaran con facilidad estas transformaciones que implican distribuir de
una manera mas equitativa las mejoras en la productividad y los beneficios.
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