LEO
STRAUSS LA HERMENÉUTICA AL SERVICIO DEL TEXTO POLÍTICO
Foto sitio Web presidencia de Colombia
Santos y el equipo negociador de Paz |
Una fracción del presente cúmulo de
ofensas y engaños que se han presentado en el desarrollo de la actual contienda
por alcanzar la presidencia en Colombia, son componentes habituales del usual contrapunteo
que emprenden los actores políticos por ganarse la preferencia de los electores.
Mas esta habilidad no debería ser una patente de corso para justificar los
abusos que han cometido los dos grupos principales en contienda, pues
transformaron la discusión programática y las diferencias conceptuales en una
trifulca de verduleras.
Sin embargo no me puedo sustraer de la
tesis que legitima el rumor y el engaño, como instrumentos de la estrategia
política usada por la minoría reinante para perpetuarse, siendo incuestionable su
empleo desde la antigüedad hasta la actualidad, para alcanzar el pináculo del
poder; manifiesto en estas disputas de la frágil democracia nuestra.
Quien se dedicó a estudiar este comportamiento
a lo largo de su vida y a racionalizarlo fue el filósofo Leo Strauss, quien es
reconocido como uno de los pensadores políticos más influyentes del siglo 20.
Strauss concibe la irrealidad del
sistema de gobierno óptimo atado a las virtudes cívicas, y lo redefine como el virtuosismo
que implica ser libre de toda dominación externa, aclarando que no es la subordinación
ante fuerzas extranjeras sino ante contrarios ideológicos o elites antagónicas;
además
de la preponderancia a la ley, la gloria y el poder. Y para la consecución de
todos estos logros y fines, se justifican emprender todos los medios que sean.
Abstrayendo argumentos del modelo teórico
de Strauss y confrontándolo con la realidad colombiana, puedo comprender como
la derecha y la extrema derecha rivalizan por evitar la dominación que una de las
dos facciones asuma sobre la otra; y con ello determinar el control del estado
bajo un prototipo desusado y arcaico, por otro más actual con el mundo
globalizado, en donde las guerras internas ya no tienen lugar y que además les
permita a cualquiera de los dos antagonistas cumplir los logros de gloria,
poder y dominio además del acatamiento de la ley por el bando contrario.
El resto de la premisa de Strauss
define como con tal de obtener el fin que se persigue, se valen todos los mecanismos
usados para alcanzar tal desenlace. Con
lo que se comprende la dinámica que se ha usado en al actual campaña en donde
se llegó a los fétidos extremos, que tanta incredulidad y fastidio produjeron
en el electorado, fomentando los altísimos guarismos de abstencionismo.
La mentira, la diatriba, el líbelo
incendiario a través de los métodos radiados, audiovisuales y foto montajes no
produjo los efectos deseados para los dos bandos y alejó fue a los votantes, permitiéndole
una ventaja a las huestes uribistas que están mejor disciplinadas que las
santistas. Sin embargo mi interés no ha estado dirigido a determinar quién engaña
con mejor eficacia a la gente en esta campaña; en cambio quiero establecer, cómo
siempre ha sido un artificio usado por las castas que gobiernan.
En Grecia antigua fue el método usado
para sostener su afamada democracia, que era de uso exclusivo para solo los
ciudadanos, excluyendo a siervos, esclavos y extranjeros residentes; porque había
que ser ilustrado y tener posesiones para alcanzar a acreditarse como ciudadano.
Strauss en sus reflexiones sobre Socrates y Platon establece su concordancia con la tesis de las ciudades
griegas, pues el presupone que debe existir una elite muy educada que rija los
destinos de la mayoría. Esta casta debe estar inclusive liberada de creencias
religiosas si es posible, para eliminar las cortapisas de tipo ético moral,
salvo las adquiridas para la conducción optima del gobierno, bajo la
perspectiva de los intereses y beneficios concertados por los miembros de esta minoría
y que de algún modo por residuo produzcan algún provecho a las mayorías incultas.
Este planteamiento de Strauss es
perturbador porque reconfirma que es útil para la estrategia de los contendedores
a gobernar desarrollar técnicas de desinformación a gran escala, que inducen al
error como los observados en la actual campaña colombiana. Además verifica que
el liderato subestima a la mayoría al ejecutar estos episodios nocivos, que
confunden al populacho mientras ellos conspiran solo para mantener el estatu quo.
En nosotros está continuar con la
charada que nos imponen, o buscar alternativas para reorientar la sociedad.
Quedan invitados a reflexionar.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn contestación a Julian Arevalo quien a través de twitter me pedía una respuesta al actual contexto, enfocado desde la tesis que planteo, esta es mi respuesta: No me cabe la menor duda que se está siguiendo con insólito acatamiento toda la racionalización del pensamiento de Strauss, que además incluye una lectura muy profunda de las tesis de Maquiavelo. La actual manipulación de noticias; los rumores infundados sobre la re fundación de la patria, aplicando el modelo cubano, con una co-administración con la insurgencia no son mas que distractores que matizan las intenciones verdaderas como lo plantea Strauss. Aquí lo único real es que el centro democrático le disputa a el estrato 20 bogotano las riendas del poder sin cambio alguno en el modelo económico, pero con una sutil diferencia las elites capitalinas siguiendo los designios del departamento de estado procuran acabar con ese brote izquierdista que se enlaza con Venezuela; y una vez neutralizada la guerrilla de Colombia resulta mas simple aislar y ahogar al chavismo, sin encontrar mas escollos políticos. Recordemos que Strauss pregona una élite indolente con las necesidades de los siervos de la gleba y esa premisa se cumple a cabalidad; y sino miren como nos recriminamos entre todos por la famosa paz, mientras lo esencial como la economía, los salarios, la educación, la salud, la inseguridad urbana y el empleo dejaron de ser nuestras preocupaciones principales..
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