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CONPES Abril 15 de 2013 |
Qué motiva a que una situación, una actitud o una acción sean
calificadas como transcendentales o insignificantes.
¿Dependerán de un sistema conocido que valúa cual característica
determina su importancia o intranscendencia o de un nivel establecido de
conceptos que califiquen una de las dos estimaciones?
Ya se preguntarán el porqué de este cuestionamiento.
La respuesta radica, en que he advertido que con motivo de la
valoración personal de una de estas dos calificaciones, establecida por hombres
con un buen nivel de credibilidad, se juzgan hechos que a los ojos de la
mayoría pueden tener o no valor pero que finalmente influencian las decisiones
colectivas.
Consideremos algunos motivos por los cuales a una mayoría de
habitantes en este país les resulta incómodo la continuidad de Santos en el
poder y de ahí podremos valorar como lo
transcendental para unas personas es intranscendente para otras.
Mirando de manera retrospectiva Santos ha gobernado al país
sosteniendo una continuidad de medidas económicas y sociales que no lo alejan
de la forma en la que al menos 8 de sus predecesores lo han hecho, desde la
época de Betancourt quien introdujo el impuesto de valor agregado IVA, todos
sin excepción han realizado reformas tributarias y económicas que siempre han
favorecido a los grandes comerciantes, industriales y al sistema financiero,
perjudicando con soluciones leoninas a la clase media.
La muestra más clara es la famosa disminución de la tasa del
impuesto de renta con la última reforma que la redujo del 33% al 25%, pero que
no eliminó por completo un complejo sistema de excepciones que limitan esa tasa
impositiva a una realidad del 15% en promedio para los grandes capitales
permitiendo continuar con las antiguas prerrogativas; en el resto de sus
actuaciones económicas se ha continuado con la política de encarecer los
combustibles como todos sus antecesores, además de privilegiar la usura del
sistema financiero.
En sus políticas sociales solamente ha implementado un
demagógico sistema de regalar casitas de 36 a 40 metro cuadrados para las
familias desfavorecidas, pero sin sustanciales esfuerzos para reducir la
inequidad que continua siendo la segunda más alta del continente, en
concordancia con el estilo establecido por el notariado criollo para gobernar.
Entonces si nos ha conducido con una línea semejante a las últimas
8 administraciones, en que radica su baja estimación reflejada en las encuestas.
Opino que principalmente se debe al transcendentalismo que le
hemos otorgamos a la situación actual del conflicto con la insurgencia, condición
que hábilmente ha sido explotada por su antecesor inmediato y líder de la
extrema derecha del país.
Penosamente el establecimiento colombiano propietario de los
medios informativos con mayor penetración en la población y que es un homogéneo grupo de ciudadanos
claramente afines con la derecha, también apoyan la campaña del ex presidente
al entregar mayor cobertura a las funestas noticias sobre nuestra empantanada
guerra interna, y no a aquellas que comprueban que la lucha contra la insurgencia
continua transmutándose de acuerdo a la estrategia que los combatientes
planteen, de tal manera que nos hemos devuelto a la pequeña guerra de
guerrillas de hace 20 años con asaltos fragmentados y pequeños, a diferencia de
como se estaba llevando a cabo hace 13 años con grandes tomas a pueblos e
instalaciones militares.
Como ven nada nuevo en el manejo económico, tampoco en lo
social y continuamos con el mismo desarrollo del conflicto como sucedía desde
la época de Barco hasta Samper.
Así que el transcendentalismo que le aplicamos a la retórica
belicista de Uribe y sus prosélitos, es la que realmente hace ver la labor de
Santos como ineficaz y ardua.
Ya establecida esta premisa deberíamos de cuestionarnos en cuan
es de insignificante la reelección de Santos, y por ende de su cruzada para
alcanzar un cese de hostilidades definitivo
con la insurgencia del país.
En segunda instancia a partir del sangriento hecho acontecido en Boston, procuraré
comprender por qué era tan transcendente para un par de inmigrantes legales del
oeste de Europa, realizar una campaña en Estados Unidos en contra del sistema
ahí establecido y en consecuencia atacar a ciudadanos indefensos sin
motivaciones aparentes más que las religiosas.
¿Es el transcendentalismo una antesala al fanatismo y al
extremismo?
¿Por qué un joven estudiante de medicina becado, con
antecedentes sociales normales puede transformarse en un engendro provisto de
maldad y deshumanización extrema?
Entender el radicalismo musulmán ya fue una tarea ejecutada
en un escrito realizado en este blog hace 2 años, y realmente para nuestra
subjetiva perspectiva occidental no deja de ser sumamente arduo de entender,
como consecuencia de la visión establecida por los medios informativos que han
desdibujado y asociado conceptos como fundamentalismo, terrorismo y extremismo convirtiéndolos
casi que en sinónimos, cuando no lo son ni mínimamente en realidad; y para ello
hay que establecer que fundamentalismo y radicalismo están asociados es a
establecer los linderos de acatar con
suma rigurosidad los escritos de Mahoma y sus sucesores y no al fanatismo
violento que algunos musulmanes practican y que la prensa nos ha hecho entender
como definición de tales conceptos.
Así que apartándonos de la justificación del extremismo
religioso, nos queda solo esperar a que la investigación y el análisis riguroso
sobre la psiquis del sospechoso, nos ilustre del por qué se potencializan estas
conductas destructivas, provistas de crueldad excesiva en donde a través de la
violencia se busca la justicia por la propia mano, que es en el fondo parte de
la motivación de fanáticos y terroristas.
¿Qué hecho transcendental
generará este tipo de actuaciones?
Política, nacionalismo, religión o el apasionamiento
deportivo han sido elementos de los que los intolerantes disponen para
justificar oscuros sentimientos de venganza contra la sociedad que los
mantiene, solamente cambian los métodos y las vías para perpetrar estos
abominables hechos dependiendo de la
capacidad económica organizativa y tecnológica de quienes los cometen.
Seguramente algún acontecimiento insignificante para los
ciudadanos de la ciudad de Boston despertó en los 2 hermanos un obsesivo deseo
de vendetta en contra de los inermes participantes de la maratón y residentes
de esa capital; ojalá la investigación policial arroje luz sobre estos sucesos
con el fin de hacia futuro evitar que suscitan acciones que promuevan la aparición
de nuevos elementos radicales.
Finalmente pienso que las características de intranscendencia
o importancia que se asocian a un acto o acción no se pueden minimizar porque
es sumamente prejuicioso y arriesgado juzgar las motivaciones, problemas y
asuntos de nuestros prójimos como lo argumentan las causas hoy expuestas.
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