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Evo Morales y Santos en la campaña contra las minas |
Siento una inmensa decepción al contemplar como las
especulaciones, la desinformación y la manipulación con fines electorales hacen
curso en el país, despreciando el dolor y la muerte de miles de Colombianos;
esta estratagema que está imponiendo su engaño entre muchos ciudadanos, que
ignorantes del ardid de unos malos compatriotas, produce con ello el juego a los promotores del
desplazamiento forzoso, a los gestores del empobrecimiento de miles y a los
conciliábulos administradores de millonarios contratos distribuidos entre sus prosélitos y
aportantes.
Encontrarme con individuos provistos de credibilidad social e
informativa, además de ser intelectualmente calificados, boicoteando unas
conversaciones hasta ahora confidenciales, con suposiciones e interpretaciones
viciadas a partir de las escuetas informaciones y declaraciones de los
comisionados de ambos bandos, solo produce suspicacias de cuáles son las reales
intenciones y que beneficios ocultan para sí.
¿Serán intereses monetarios personales o actúan bajo la
presión de los grupos económicos para los que laboran?
A todos ellos simplemente les recuerdo que al menos tenemos
en el país cerca de cien mil minas anti personales instaladas en campos y
bosques, a la espera de nuevas víctimas sin rostro para lisiar o matar, de ahí que
poseamos el deshonroso tercer puesto en el mundo en esta estrategia de la guerra.
Huérfanos, viudas, desposeídos, desplazados, pobreza y más subdesarrollo
son los efectos de esta guerra fratricida, así que cual es el problema de encontrar
una metodología para terminar con 60 años de conflicto; perdón sin olvido, para
no repetir los errores pasados, es la reflexión pragmática y elemental sobre la que debe
girar cualquier negociación de paz, con mayor razón en unas hostilidades con
guerrillas.
Lamentablemente las Farc no están vencidas y esta no es una
guerra regular.
Cuanta sangre mas se debe derramar para que el procurador,
los militantes del Centro Democrático, el analista Rangel, muchísimos otros periodistas, algunos estudiosos de la
violencia y ciudadanos de esos que se llaman de bien, comprendan de lo
ilegitimo que son sus argumentos en favor de continuar con el esfuerzo militar
como solución única a nuestro conflicto interno.
¡Que es desastroso tener que amnistiar o indultar a los
violentos integrantes de las Farc¡
Si claro que lo es, pero no le estamos imponiendo condiciones
a un ejército normal y derrotado, no señores negociamos la manera y las
condiciones de terminar con un intrincado enfrentamiento armado de décadas, que
está empantanado y para el que no lucen resultados absolutos por la vía militar.
Seguirle llevando la corriente a Uribe Velez es un suicidio
para la nación; este hombre en el que confié en dos ocasiones, ha demeritado
con sus irregulares actuaciones toda la credibilidad, que como sujeto pensante
puedo depositar en un líder.
Para el expresidente la única salida es aumentar la violencia
estatal, más represión y añadir unos cuantos miles de muertos; total ni él ni
sus hijos o nietos portaran alguna vez el uniforme del glorioso ejército
nacional para defendernos de la subversión.
Así resulta fácil juzgar y condenar a las Farc desde la
comodidad del congreso, de la casa de Nariño o en su defecto del complejo
residencial de la policía en Bogotá.
A la gran mayoría de amigos, conocidos y lectores que
cuestionan la injusticia o justicia de perdonar a los integrantes de las Farc,
solo los invito a razonar, cuantos litros de sangre se deberán derramar aun, además
de responderse así mismo si estarían dispuestos y conformes con incorporarse al
ejército para colaborar en la captura y sometimiento de hasta el último
integrante de la subversión.
Dejémonos de tanto fariseísmo y enfrentemos la realidad para tomar la decisión del hasta aquí y hasta
ahora, o que continúe este país en la guerra atroz otros cien años más.
Ahora sí que está en manos de los del común aprender a
aceptar, apoyar y comprender como es que
se negocia con el enemigo no vencido la paz.
Señores es nuestra decisión intensificamos la guerra o apostémosle
a la reconciliación.
SOBRE TODO LA DECISIÓN DE LAS PARTES DE NEGOCIAR EN MEDIO DEL CONFLICTO
ResponderEliminarSi Alfredo Rangel es Analista y Jaime Granados es un Honorable Abogado, apague y vámonos....
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