jueves, 21 de marzo de 2013

UNA REALIDAD TORMENTOSA



Obama y Netanyahu
Fotografía Web White House.Gov
Este texto lo decidí escribir como consecuencia de la lectura de una tensa carta escrita por el ciudadano estadounidense y excombatiente Tomas Young, dirigida al expresidente George W Bush y su vice Dick Cheney, como responsables directos de la invasión a Irak y tras cumplirse 10 años de este oscuro episodio.

Mi reflexión no es para hacer una apología al escrito de Tomas, es simplemente una disertación sobre los millones de seres humanos como él, que no tienen voz y son parte de este ruin juego de geopolítica e intereses económicos a escala nacional o continental, con el que se gobierna en los diferentes países, en donde las grandes mayorías de ciudadanos no representan para las camarillas adscritas al poder mérito alguno, somos solamente fichas canjeables y desechables.

Qué número de colombianos son víctimas de la nueva expresión de la violencia en las calles y vecindades de pueblos o ciudades y no tienen como, o no pueden manifestarse como Tomas a través de algún gran medio de noticias, sobre los atropellos que a diario toleran como las micro extorsiones, amenazas, robos o limitaciones de uso territorial; Medellín y Cali viven en sus barriadas subnormales, bajo el imperio del terror impuesto por pandilleros que limitan hasta el desplazamiento dentro de los barrios.  

Cuantos españoles toleran y procuran sobrevivir despojados de sus ahorros en bancos, de sus viviendas urbanas o del necesario empleo, aguardando sin esperanza por el desenlace de la aguda crisis que Rajoy y sus esbirros está lejos de solucionar.

Al igual que en Colombia los residentes de muchas ciudades mexicanas sufren con rigor y paciente estoicismo, la violencia originada en la guerra de carteles del narcotráfico que además les intimida hasta en la privacidad de realizar comentarios contrarios a sus actividades sanguinarias y brutales en Twitter o las otras redes sociales, lamentablemente la respuesta estatal es nula o lenta y mediocre de tal forma que no contribuye a disminuir la intensidad de ese conflicto que deja desaparecidos y muertos por montones.

En lo expuesto por Tomas simplemente se esboza esa cruel realidad a la que despertamos algunos, al comprobar que solo somos títeres de sistemas bárbaros, que se sirven del uso de la desinformación mediática  y del discurso patriotero sesgado, incitando con ello a esta mayorías como marionetas para intervenir en conflictos y guerras que no tienen mas fin que incrementar las ganancias, las inversiones y los manejos monopólicos de la tierra y de sus recurso naturales; y en Colombia sí que entendemos de esto.

Ahora que se discute la pacificación de las hostilidades, resalta la compleja negociación sobre la tenencia de la tierra, principio fundamental del conflicto, que ha sembrado de sangre y terror vastas zonas de la geografía nacional, precisamente como lo comprobamos a través de los varios millones de desplazados campesinos, que han engrosado nuestras barriadas subnormales en las grandes capitales, incrementando nuestros problemas de violencia urbana

Aun así y a pesar de la abrumadora evidencia que delata la funesta actitud de líderes como Bush, Rajoy, Netanyahu, Uribe y muchos otros a través del planeta, persisten hombres y mujeres crédulos en las acciones y palabras de estos embusteros, que solo persiguen su beneficio propio, son sociópatas en grado extremo y gozan de la facultad de mentir sin remordimiento alguno con una habilidad sorprendente.

La carta de Tomas Young está en idioma inglés, pero vale la pena leerla, por ello invito a mis lectores a realizar el esfuerzo de interiorizar comparativamente esta denuncia, con los cientos de desmanes que afrontamos todos por el inaudito abuso de dirigentes inescrupulosos e inmorales.

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