Protestas en Londres 2011 |
Fotógrafo Simonmet
Deshacer, perturbar y confundir el
buen orden del gobierno es la rigurosa definición que nos entrega el
diccionario oficial de la lengua española sobre la palabra desgobernar, vocablo
que da inicio al término desgobierno.
El motivo de incluir esta
significación sobre la palabra que da origen al primer término del título, en
el artículo de hoy, reside en la obligación de conceptuar con la mejor
precisión la intención de esta reflexión.
El desgobierno que nace a partir del
desorden y la corrupción generalizada en la administración pública, es la causa
principal de disconformidad entre los ciudadanos bajo la jurisdicción de un
gobernante. Igualmente es el origen para las diversas formas de manifestar el
descontento que pueden oscilar entre pacificas a muy violentas.
La historia está llena de
comprobaciones de como los malos gobernantes literalmente pierden la cabeza.
Tiberio, Calígula y Nerón en el
imperio Romano son ejemplares exponentes del desgobierno y también de la muerte
prematura por cuenta de sus acciones. Carlos I de Inglaterra en 1649, Luis XVI
de Francia en 1793 y Nicolás II de Rusia en 1918 son ejemplos más
contemporáneos del fenómeno. Pero sin duda han existido un sinnúmero de
dictadores y autócratas que padecieron igual fin a través del siglo XX y lo que
hemos avanzado del siglo XXI.
De ahí que cuando evalúo algunas medidas
actuales adoptadas con carácter absurdo o de igual manera aquellas que
provienen de la toma de decisiones inadecuadas y asumidas por parte del gobernante
de turno; no resulta sorprendente que tales acciones desemboquen en marchas y
manifestaciones colectivas que en algunas ocasiones deriven en violencia.
Desagradablemente esta actitud de mal
gobierno como lo hemos observado no se circunscribe solo al ámbito local, sino
que se propaga a las esferas regionales y nacionales en diferentes puntos de la
geografía mundial. Y como sino fuera suficiente aparece en momentos histórico diferentes
afectando todo tipo de sociedades desde que se hallen organizadas como tal.
Inicio en Europa con el ejemplo del
desgobierno porque este continente fue azotado por una de las peores crisis de
la época contemporánea, como consecuencia de los excesos del paternalismo de la
social democracia gobernante y potenciados además por la codicia del sector financiero
internacional. Llevando a los ciudadanos de estas naciones a enfrentar el
desplome de los salarios, la pérdida del empleo con el consecuente menoscabo en
el estatus de vida, que incluyó la peor crisis del sistema hipotecario de
vivienda, cuando miles de prestatarios debieron perder sus viviendas por
impago. Toda esta pauperización de la población produjo giros en la concepción política
hacia la derecha y la extrema derecha, con peligrosas muestras de nacionalismo proteccionista
xenofobia y chauvinismo que hábiles políticos han sabido aprovechar con el desmedro
de la convivencia pacífica.
Adicional a estos acontecimientos y
como otra consecuencia directa por la violación a la calidad de vida, en el
este continente han surgido viejos movimientos independentistas. Escocia, Cataluña
y la región del Donetsk en Ucrania, son la representación de como los
descontentos se manifiestan hasta extremos en que grupos del colectivo nacional
deciden escindirse del territorio principal que conforman como país desde hace
centenas de años y con ello buscar nuevas alternativas de administración. En
Asia mediterránea, Irak y Siria son el modelo en esa zona geográfica de como
las crisis de gobernanza y equidad germinan monstruos como el califato islámico,
que no solo es un problema inherente a estas naciones sino para occidente en
conjunto.
En Colombia las protestas campesinas
del año pasado fueron la clara respuesta a décadas de abandono oficial y manejo
inadecuado de negociaciones en los tratados de libre comercio para todo el sector
agropecuario. En el ámbito local registro con extrema pesadumbre las amenazas
del gobierno departamental hacia todos los entes culturales de la región. Esta intimidación
enuncia que todos serán abandonados económicamente a su suerte, como si no
fuera una obligación del estado promulgar y fortalecer la cultura.
Entidades como el colegio de
bachillerato y ballet clásico, único en América latina, las escuelas de teatro
y música adscritas al conservatorio y la biblioteca departamental con su red de
satélites en los pueblos están bajo este ultimátum presupuestal.
Ahora me cuestiono ¿Hasta dónde los
miles de afectados entre estudiantes, docentes y empleados administrativos
soportaran esta presión sin devolver manifestaciones con violencia?
¿Será que el remedio deberá llegar
después que el terror haga su aparición? O existirá alguna posibilidad que el
gobernador abandone su tozuda pose.
Sin duda deshacer, perturbar y
confundir el buen orden del gobierno continuará haciendo carrera entre nuestros
líderes en todos los niveles.
¿Habrá que retornar a momentos
históricos ya superados y pedir la cabeza literalmente de algunos para que se
recupere la sensatez extraviada?
Según veo no aprendemos de nuestros
pasados errores y con ello estamos condenados a volverlos a vivir. !Ah¡ nuestros
sabios políticos como nos condenan a vivir en la mediocridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario