Paseo peatonal Av Colombia Cali |
A raíz de las continuas arbitrariedades en la toma de
decisiones económicas y de política social, además de la reincidencia de la
violencia en las principales urbes al igual que en gran parte de la geografía
nacional, me cuestionaba cómo a pesar de poseer un componente de fanatismo e
intolerancia a nivel individualque es característico en la gran mayoría de
pobladores del país, porqué es posible que en comunidad nos comportamos
resignadamente ante todos estos acontecimientos.
La ola de violencia sicarial y de atracos con víctimas
fatales no da tregua en Santiago de Cali, generando expresiones de repudio en
tertulias sociales, a ello aunemos los desaparecidos que vergonzosamente se
cuentan por miles, siendo hechos completamente desconocidos para la gran
mayoría, razón que convierte todos estos
sucesos en meras estadísticas para estudiosos de la epidemiología de la
violencia, para investigadores oficiales o estudiantes universitarios con
carreras afines al derecho penal.
Así que ante lo escandaloso de los últimos hechos y debido a la
mansedumbre demostrada por todos, por estos días se han levantado algunas voces
de protesta protagonizadas por ciudadanos con imagen pública relevante como el
arzobispo y varios columnistas que se han animado a censurar la falta de
autoridad y han pretendido invocar La
solidaridad ciudadana ante el deterior
moral y la repugnante desidia del alcalde local y de su ineficiente secretario
de gobierno que tras ya dos largos años en el cargo no han podido controlar
este inmenso flagelo, como consecuencia de la inaplicación de una clara y
concisa política de seguridad pública, más vale sí se han convertido en unos
expertos para esconder las cifras de homicidios, además de no enfrentar ante
los conciudadanos los cuestionamientos sobre su tarea que ya nos hacemos muchos
pobladores.
En segundo término nuestro actual presidente ha hecho oficial
su intención de ir por la reelección y en un tono muy mediático nos informa
sobre los progresos que según el hemos recibido en nuestra forma de vivir en el
país, gracias a su aplicadas políticas sociales y económicas; pero en la calle
la opinión general es que la gran mayoría debemos hacer esfuerzos descomunales
para poder vivir con algo de dignidad; combustibles y energía a precios
internacionales a pesar de ser país productor, corrupción en todos los
organismos públicos, reformas políticas y judiciales draconianas además que las
de contenido económico son de clara
orientación neo liberal en extremo, además de dispuestas para favorecer y
mejorar los beneficios de la pequeña minoría que maneja las finanzas, la
industria y la salud.
Y ante todo esto la gente del común como si nada sucediera,
ocupados en resolver cada uno sus asuntos buscando obtener de forma legal o
ilegal los pesos extras necesarios para
sobrevivir ante toda esta avalancha de atropellos, además de mantenernos
anestesiados con las propuestas de realities
televisivos, el fútbol y los reinados de belleza.
Y observen todos estos ejemplos.
En Cali se realiza actualmente una actualización catastral
con miras a aumentar impuestos a la propiedad privada, pero no se ven mejoras
en nuestros problemas diarios, como el deficiente sistema masivo de transporte,
la seguridad o los cíclicos cortes del servicio de agua al 70% de la ciudad. En
Bogotá se rumora que los verdaderos culpables del desfalco a las arcas
distritales y que supera muchos billones de pesos, nunca serán enjuiciados,
pues su poder de intimidación es de tal magnitud que ha permitido que los
actuales involucrados y en proceso de juicios omitan señalar a los grandes
gestores tras estos ilícitos.
El panorama general como lo pueden comprender es solo de un
aumento en el culto a los antivalores y de una profunda quiebra moral.
¡Hay como me duele mi país y hasta cuando continuaremos en estas!
Como lo leía en un periódico local, en un comentario escrito
por un lector, parece que debemos descender más en busca de la sima final
para comprender que debemos unirnos, solidarizarnos y darle un vuelco a todo
nuestro sistema inmoral y deshonesto, con la esperanza de regresar a la senda de
la moral pública que nuestros padres y abuelos registraban con honor.
Hemos llegado casi al final de este año 2013 y se aproxima ya
el mes de fiestas en el que todos nos desconectamos de la fea realidad, ojalá
aun haya deseos y tiempo para enmendar tanto desmadre administrativo en lo
nacional y en lo local; y el año que se aproxima con elecciones generales de
congreso y presidencia sea el comienzo de una etapa sensata para la gobernanza
de este país.
¿Cuando será que en Colombia el Interés Comunitario prevalece sobre el particular?
ResponderEliminar