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Ante
la ingente necesidad de resolver los arduos asuntos habituales de los estados,
me cuestionaba por estos días, sobre como encauzar las decisiones y los convenios
para crear leyes que satisfagan todas las exigencias que se tienen que decidir,
además de cual es el modelo adecuado para implementar todas estas acciones.
Cuando
de manera desapasionada procuro considerar, como se podrá enfrentar el curso
para adelantar el famoso proceso de paz con la insurgencia colombiana, ante el
cual rigen posturas tan antagónicas; o igualmente como se pueden zanjar las
inmensas discrepancias entre los estados europeos, para resolver la ausencia de
normas de control financiero, fiscales y monetarias centralizadas en una sola
autoridad, que tendría la misión de evitar descalabros como los acontecidos en
la actualidad; entonces evalúo si es el pluralismo ideológico y la eterna discusión
democrática es la respuesta o contrariamente la práctica totalitaria y
autócrata temporal es la única salida para resolver tan monumentales eventos.
Algunos
analistas alemanes observaban por estos días en la necesidad de crear nuevas y
muy rígidas leyes, centralizadas en una sola entidad, que además estuviera
dotada del poder político necesario, para gobernar todos los asuntos económicos
de la unión europea, creando una incipiente federación de estados asociados
como los Estados Unidos de Europa.
A
estas inquietudes les salía al paso un escrito originado en el diario polaco
Wyborcza, que atribuía todos los males de la unión europea, desde la falta de la
verdadera unidad política a la monetaria,
al intenso desapego a sus símbolos e insignias comunitarias por parte de los
ciudadanos, a parte del desinterés por apoyarse solidariamente; por ello establecían
que era de imprevisible medición comprobar si los habitantes de países con
ideales y visiones tan distantes como los finlandeses y los polacos o los italianos, se unirían para defender la
estructura democrática y los fundamentos legales de la unión europea, o aun en
un caso extremo si se unirían para defender el territorio.
Y
es aquí donde mi postura inicial toma relevancia, o es el pluralismo quien
puede resolver el asunto, dilatándolo y agravándolo como lo ha sido hasta ahora
en el tiempo o se deben resolver estos asuntos de manera totalitaria, basándose
en la autócrata determinación de un gobierno estatista que toma decisiones
dinámicas para resolver tan complejo panorama.
Porque
¡ha difícil¡ que resulta conseguir concertar soluciones equitativas entre
tantos razonamientos e ideas dispares.
Y
aclaro no estoy haciendo alabanza a los gobiernos totalitarios para Europa, mas
si de algunas decisiones enmarcadas y basadas en este enfoque, con una tendencia
a darle mas poder al estado sobre las demás instituciones, como ha sido el ordenado modelo
alemán por décadas.
En
el caso colombiano y después de leer diligentemente unas declaraciones de
Rodrigo Granda a la BBC Mundo Latinoamérica, considero que las distancias entre
los representantes insurgentes, el notariado de Colombia y la sociedad civil
son casi insalvables, aunque desde esa entrevista efectuada el 13 en la Habana
a hoy 23 de septiembre , las expresiones de los insurrectos han bajado de
animosidad a un tono mas conciliador, aun asi revisten un estilo arrogante que
resulta muy arduo para sentar las bases de un proceso de negociación; además agreguémosle
a este esquema, las imposiciones de la derecha y la extrema derecha que son quienes controlan literalmente al país,
y la perspectiva que se refleja para encontrar puntos de acuerdo e ideas comunes
luce inalcanzable, por ello resulta esencial lo expresado por Santos, cuando
afirma que hay que dejar avanzar ese proceso sin tanta atención de los medios o
de chivas informativas.
Evidentemente
habrá que tomar decisiones de carácter autócrata totalitarias, si se quieren
ver llegar estas negociaciones a algún destino, porque atino a pronosticar que vendrán
álgidos momentos en el curso de establecer los acuerdos para implementar un
modelo de convivencia entre insurrectos y los demás, convenios con los que
muchos con poder mediático no estarán de acuerdo, introduciéndole con certeza
imposiciones de difícil cumplimiento que permitirían conducir todo el proceso
al fracaso total.
Las
conductas totalitarias, autócratas y el estatismo son lineamientos sumamente
riesgosos por la acumulación de poder, pero ante los descomunales problemas
ante los cuales se requieren soluciones extremadamente creativas y osadas,
considero que no queda más alternativa que usar instrumentos basados en estos
estilos.
El Autoritarismo, el Totalitarismo y demás tipos de dictaduras, bien sea de izquierda o de derecha, solo conducen a la Anarquía....
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